jueves, 20 de diciembre de 2012

La moda es inspiración, creatividad, intuición. Pero también organización, estrategia, gestión. Y estos dos elementos, aparentemente discordantes, deben convivir y conjuntarse para asegurar el éxito de una idea empresarial. 

Cada vez es más difícil encontrar directivos especializados en el sector de la moda, personas capaces de ‘gestionar la creatividad’, de dirigirla sin entorpecerla ni desnaturalizarla. Las empresas, los directivos de la moda, tienen que saber innovar, trastocar las reglas, a la vez que permanecer fieles a los valores de la marca y reforzar su ventaja competitiva. El mercado del vestir se encuentra en agitación permanente, el consumidor quiere nuevos estímulos constantemente, y corresponde a los operadores del sector -crear y mantener la relación con su público. 

La marca en la moda se debe -crear, gestionar, sostener y proteger. Para una empresa de moda representa mucho más que un simple logotipo, puesto que evoca una atmósfera, un valor añadido que nunca hay que olvidar. Este conjunto de factores tangibles e intangibles, que atraen al consumidor y aseguran su fidelidad, tiene un peso económico nada desdeñable, representa un arma contra la competencia y es vital para el crecimiento (cuando no incluso para la supervivencia) de la empresa. 

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